No debería ser así y la industria tecnológica tiene que implicarse a fondo. Desde hace un tiempo, el consumo energético en los Centros de Datos, externos o bien en las propias empresas, se ha convertido en una gran preocupación debido al impacto que tienen directamente sobre el medio ambiente y sobre los crecientes costes de la factura energética. Hasta hace poco tiempo, los costes de espacio y alimentación eléctrica de los equipos tecnológicos no han parado de incrementarse, hecho que ha motivado que las políticas medioambientales figuren en las agendas de los responsables tecnológicos, cosa impensable hace solamente unos años.
Como ejemplo a pequeña escala, podemos ver como un servidor de tamaño medio produce igual emisión de carbono (15 mpg) que un vehículo de tamaño medio. Este es un dato que nos puede ayudar a comprender la magnitud del impacto de las tecnologías sobre el medio ambiente. Otro ejemplo claro lo vemos en el informe "Jugando Sucio" que Greenpeace ha hecho público hace poco y donde se revela que incluso las videoconsolas Wii, PS3 Elite y Xbox360 contienen materiales peligrosos. Por otro lado, la asociación de consumidores australianos Choice ha medido el consumo eléctrico de estas 3 videoconsolas y ha demostrado que tanto como PS3 y Xbox disparan el coste, a gran distancia de Wii.
La virtualización y la consolidación de servidores son las tendencias actuales para mitigar este impacto sobre el medio ambiente, al mismo tiempo que los nuevos diseños de servidores y resto de hardware consumen cada vez menos electricidad. La tendencia actual de los Centros de Datos es evolucionar hacia Green Datacenters (Centros de Datos verdes o ecológicos y sostenibles). La tendencia de la tecnología en general, evolucionar hacia un hardware con menos consumo energético.
Para que sean una ventaja competitiva, las nuevas tecnologías han de estar alineadas con la demanda de la sociedad. Y la sociedad cada vez pedirá más esfuerzos en el desarrollo y aplicación de tecnologías verdes (green Technologies), por lo que la industria tecnológica ha de responder rápido y asumir un compromiso serio con el medio ambiente. La industria tendrá pues que adaptarse a los valores cada día más imperantes en nuestra exigente y aparentemente verde sociedad para no perder imagen y cuota de mercado. Sino lo hacen, se verá como el valor social que representan las tecnologías ecológicas y sostenibles caerá en saco roto y serán vistas solamente como puro marketing de las empresas para poder sobrevivir en un determinado nicho de mercado.
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