Estos días se está celebrando el Mobile world Congress en Barcelona, con la asistencia de casi todas las marcas líderes de telefonía móvil (excepto Apple, que quiere comer aparte) y de sus altos ejecutivos (más de 200 jets privados han aterrizado en el aeropuerto del Prat).
Pero no me voy a centrar en este post a explicar las numerosas novedades del mercado. Para eso habrá cientos de medios de comunicación que lo analizarán.
Lo que quiero resaltar son las movilizaciones a las que se ha tenido que enfrentar el congreso durante estos días. Estoy de acuerdo en el derecho a la huelga, pero no creo en el "Todo vale". Y dicho derecho a la huelga es en lo que se ha convertido. No puede ser que durante las semanas previas, los trabajadores de una empresa pública como es TMB (podría haber sido cualquier otra...) , tuvieran en jaque a los organizadores de congreso, al ayuntamiento y a la propia empresa, por no hablar de los miles de ciudadanos que, como siempre, nos hubiéramos visto afectados. Por eso creo en la regulación de la ley de huelga en sectores públicos, ya que no nos engañemos, tienen la capacidad de poder paralizar una ciudad o un país si así lo desean. Y eso no ha de ser factible. Una economía no puede verse perjudicada por ningún colectivo.
En la crisis actual pocos sectores quedan en Catalunya como reactivadores de la economía, y uno de ellos muy importante es el sector de las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación). Y uno de los mayores congresos que organiza dicho sector a nivel mundial, con los esfuerzos de empresas privadas e instituciones públicas, se ha visto amenazado tanto por la posible huelga que al final no exisitió, como por las diferentes movilizaciones que cada tarde provocaban que se cortaran los accesos por carretera y metro a Plaza España.
Se ha jugado a cargarse la gallina de los huevos de oro. Por suerte, no se ha roto. Pero ha sido una práctica peligrosa que sienta un triste precedente ante otros eventos de audiencia mundial que se puedan llegar a celebrar en la ciudad.
Sinceramente, me da vergüenza ajena cada vez que veo la imagen de los congresistas corriendo por las calles cercanas al congreso y gente increpándoles con frases como "Go home" o "You are the problem". Creo que por muchos problemas que hayan (y no nos engañemos, existen, ya que ahí está la tasa de desempleo), acciones de este tipo lo único que hacen es perjudicar al global de la sociedad. Porque ,¿qué hubiera pasado si la dirección del congreso hubiera decidido a raíz de los acontecimientos, llevarse el MWC a otra ciudad los próximos años? Para comenzar, no tendríamos los 300 millones de euros que el congreso ha dejado en la ciudad. 300 millones que no ha dejado ninguna burbuja, sino un congreso basado en el pilar de uno de los sectores con más proyección de futuro y con más fuerza para poder superar la crisis: el tecnológico.